Hola repasando artículos
sobre REIKI, me he encontrado con este, publicado por “el grupo Venezolano de
Reiki” (mención de su autor al final del artículo). Me ha parecido idóneo para
retomar mi blog hadasysanacion,
confio sea agradable e informativa su lectura
El reiki aprovecha a la enfermedad y el dolor como una oportunidad para contactar y liberar aquellas emociones, sentimientos y actitudes reprimidos o disimulados como la ira, el dolor, la tristeza o la alegría, que son las raíces profundas de la enfermedad. Cuando se bloquea la libre expresión de lo que somos, ocurre lo que se denomina un bloqueo energético, el cual, además de las emociones no liberadas, también es ocasionado por la falta de satisfacción de las necesidades vitales como el alimento, el afecto, la seguridad. Cuando el individuo se siente amenazado, con miedo, ofendido, tenso, etc., el libre flujo de energía vital se comprime y se estanca. Estas sensaciones de frecuencias negativas son, en su mayor parte, la consecuencia de que necesidades primarias, como el ser amados incondicionalmente, no son o fueron satisfechas.
En los primeros años de crecimiento el niño tiene la imprescindible necesidad de ser amado, necesitado y sentirse conectado a una comunidad. Dependemos del contacto físico de una forma vital, necesitamos ser acariciados con suavidad, respeto y consideración, necesitamos sentirnos protegidos y ser atendidos, valorados y alimentados. Cuando no se cumplen estas necesidades, la unidad entre cuerpo, mente y espíritu se perturba y ocurre un desequilibrio que más tarde, y si se persiste, degenera en enfermedad.
El reiki nos ayuda a entrar en contacto con las razones anímico-mentales de nuestros padecimientos y a comprenderlas, por lo que en un tratamiento de reiki es común el llegar a experimentar el llanto, la soledad, la alegría, el enojo, etc. También es común sentir que a veces las cosas empeoran durante un tratamiento cuando existen enfermedades crónicas o bloqueos energéticos fuertes. Tal es el caso de Erik, un señor de 42 años, que además de tener que vivir con una alergia que nadie había podido quitarle, padecía de una molesta sinusitis, con un catarro abundante y frecuente. Un tanto escéptico, llegó a recibir un tratamiento reiki. En la primer sesión el sintió una profunda nostalgia. Al cabo de unas sesiones más, la profunda tristeza que Erik sentía comenzó a liberarse por medio del llanto estancado (infección del seno frontal). Las abundantes lagrimas eran acompañadas por recuerdos de la infancia en donde Erik pudo experimentar un fuerte enojo por el maltrato que su padre le daba. La forma en que fue tratado ocasiono un fuerte rechazo (alergia) y resentimiento por parte de Erik , los cuales se había guardado por muchos años. Durante el tratamiento, el catarro se agudizó (liberación del llanto y enojo reprimidos: desintoxicació n), pero además Erik sentía una fuerte tensión en todo su cuerpo. Las sesiones siguieron y cuando por fin Erik pudo soltar, expresar y comenzar a comprender los sentimientos no vividos (tensión muscular), fue entonces que el catarro comenzó a desaparecer y la alergia se atenuó notablemente. No todos los casos presentan un desbloqueo prolongado y emotivo: hay algunos que en una o dos sesiones pueden liberarse. Sin embargo, el ejemplo anterior nos habla de cómo emociones no vividas pueden llegar a expresarse a un nivel corporal en forma de síntomas como la alergia o el catarro, o en otros casos, como jaqueca, dolor de estómago, infecciones, tumores, miedos, apatía, falta de concentración, frialdad, etc. También nos subraya la importancia de entender a la enfermedad desde un aspecto global. Comprender todo el contexto de la enfermedad, desde su manifestación, su
La enfermedad y el dolor son expresiones naturales del cuerpo en donde este nos avisa que hay un desequilibrio, un descuido que necesita ser atendido inmediatamente, ya sea en el aspecto corporal (ejercicio, alimentación, higiene) en lo mental (actitud o filosofía ante la vida) o en el aspecto emocional (emociones no comprendidas) . El reiki actúa a un nivel profundo y nos ayuda a desvanecer estos bloqueos que agravan la calidad de nuestra vida. La enfermedad no es algo que aparezca de pronto, si no es la consecuencia de la falta de contacto con nosotros mismos, de hacer conciencia de nuestros hábitos, y de comprender lo que sentimos, lo que deseamos y lo que somos.
JUAN DOMINGO ACOSTA
El reiki aprovecha a la enfermedad y el dolor como una oportunidad para contactar y liberar aquellas emociones, sentimientos y actitudes reprimidos o disimulados como la ira, el dolor, la tristeza o la alegría, que son las raíces profundas de la enfermedad. Cuando se bloquea la libre expresión de lo que somos, ocurre lo que se denomina un bloqueo energético, el cual, además de las emociones no liberadas, también es ocasionado por la falta de satisfacción de las necesidades vitales como el alimento, el afecto, la seguridad. Cuando el individuo se siente amenazado, con miedo, ofendido, tenso, etc., el libre flujo de energía vital se comprime y se estanca. Estas sensaciones de frecuencias negativas son, en su mayor parte, la consecuencia de que necesidades primarias, como el ser amados incondicionalmente, no son o fueron satisfechas.
En los primeros años de crecimiento el niño tiene la imprescindible necesidad de ser amado, necesitado y sentirse conectado a una comunidad. Dependemos del contacto físico de una forma vital, necesitamos ser acariciados con suavidad, respeto y consideración, necesitamos sentirnos protegidos y ser atendidos, valorados y alimentados. Cuando no se cumplen estas necesidades, la unidad entre cuerpo, mente y espíritu se perturba y ocurre un desequilibrio que más tarde, y si se persiste, degenera en enfermedad.
Todo
lo que vivimos lo guarda el almacén de nuestro cuerpo, ya sean las toxinas o
carencias nutricionales debido a una alimentación errónea, así como las
actitudes mentales y las emociones inexpresadas. Si alguien, por ejemplo, no
libera el enojo sentido por haber perdido algo importante, el libre flujo de
energía vital se estanca y nos sentimos tensos, malhumorados, distantes. Si no
hacemos algo para entrar en contacto y comprender lo que reprimimos, podemos
llegar a creer que el ser así es nuestra personalidad. Lo mismo sucede cuando
experimentamos un dolor de estómago y tratamos de quitar el dolor sin prestar
atención a la causa que lo provoca. Si bien un dolor de estómago podría
indicarnos a nivel corporal que la cafeína o la cantidad de comida que estamos
consumiendo es excesiva para la capacidad que tiene el hígado de eliminar
residuos tóxicos, también nos habla de una causa un poco más profunda, como el
que existe una situación incómoda con la cual nos sentimos amenazados o no
digerimos y que, por consiguiente, provoca nuestro consumo excesivo de comida o
cafeína o nuestro desgano y falta de apetito. Estas frustraciones de energía,
por así llamarlas, son la causa por la cual muchas personas están enfermas o
caen constantemente en depresiones, manifestaciones de ira incontroladas,
apatía, etc.
El reiki nos ayuda a entrar en contacto con las razones anímico-mentales de nuestros padecimientos y a comprenderlas, por lo que en un tratamiento de reiki es común el llegar a experimentar el llanto, la soledad, la alegría, el enojo, etc. También es común sentir que a veces las cosas empeoran durante un tratamiento cuando existen enfermedades crónicas o bloqueos energéticos fuertes. Tal es el caso de Erik, un señor de 42 años, que además de tener que vivir con una alergia que nadie había podido quitarle, padecía de una molesta sinusitis, con un catarro abundante y frecuente. Un tanto escéptico, llegó a recibir un tratamiento reiki. En la primer sesión el sintió una profunda nostalgia. Al cabo de unas sesiones más, la profunda tristeza que Erik sentía comenzó a liberarse por medio del llanto estancado (infección del seno frontal). Las abundantes lagrimas eran acompañadas por recuerdos de la infancia en donde Erik pudo experimentar un fuerte enojo por el maltrato que su padre le daba. La forma en que fue tratado ocasiono un fuerte rechazo (alergia) y resentimiento por parte de Erik , los cuales se había guardado por muchos años. Durante el tratamiento, el catarro se agudizó (liberación del llanto y enojo reprimidos: desintoxicació n), pero además Erik sentía una fuerte tensión en todo su cuerpo. Las sesiones siguieron y cuando por fin Erik pudo soltar, expresar y comenzar a comprender los sentimientos no vividos (tensión muscular), fue entonces que el catarro comenzó a desaparecer y la alergia se atenuó notablemente. No todos los casos presentan un desbloqueo prolongado y emotivo: hay algunos que en una o dos sesiones pueden liberarse. Sin embargo, el ejemplo anterior nos habla de cómo emociones no vividas pueden llegar a expresarse a un nivel corporal en forma de síntomas como la alergia o el catarro, o en otros casos, como jaqueca, dolor de estómago, infecciones, tumores, miedos, apatía, falta de concentración, frialdad, etc. También nos subraya la importancia de entender a la enfermedad desde un aspecto global. Comprender todo el contexto de la enfermedad, desde su manifestación, su
causa
psicosomática y la historia en particular del individuo, es un paso necesario
para que los síntomas y padecimientos cumplan con su objetivo y desaparezcan.
La enfermedad y el dolor son expresiones naturales del cuerpo en donde este nos avisa que hay un desequilibrio, un descuido que necesita ser atendido inmediatamente, ya sea en el aspecto corporal (ejercicio, alimentación, higiene) en lo mental (actitud o filosofía ante la vida) o en el aspecto emocional (emociones no comprendidas) . El reiki actúa a un nivel profundo y nos ayuda a desvanecer estos bloqueos que agravan la calidad de nuestra vida. La enfermedad no es algo que aparezca de pronto, si no es la consecuencia de la falta de contacto con nosotros mismos, de hacer conciencia de nuestros hábitos, y de comprender lo que sentimos, lo que deseamos y lo que somos.
JUAN DOMINGO ACOSTA
MAESTRO DE REIKI USUI TIBETANO
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